Carta a su esposa

Enero, 1946

Minas, 26 de enero de 1946

Mi querida Dolly. Aquí estoy, pasando unas horas deliciosas. Tengo un cuarto encantador en lo de Morosoli. Una ventana da al jardín. En la mañana, tomo mate entre los árboles, acompañado por Mari Luz, de 10 años y Ana María, de 9. No he salido. Nos pasamos conversando con Morosoli y Dossetti. Morosoli ha escrito unos cuentos extraordinarios. Son verdaderas obras maestras como no se escriben mejores en América. El aire puro de estas sierras me ha aplastado un poco. Anoche, a las 9, se me cerraban los ojos de cansancio. Asimismo, charlamos hasta las doce. Hoy, a las 9, estaba despierto. Me levanté al rato. Tomé mate con la señora y los niños. Luego, he venido a escribirte. Tendrás esta misma tarde la carta, porque la mando por el ómnibus. Aquí no quieren que me vaya hasta dentro de 15 o 20 días. Pero, como te imaginarás, a mediados de la semana próxima estaré contigo.

Todavía estoy bajo el embrujo de este choque violento con la energía pura de la Naturaleza. Mañana pienso estar ya con el espíritu firme. Y trataré de ponerme a estudiar en todas sus partes la película de Chaplín. Vamos a ver si salimos de eso lo más pronto posible y se envía a Estados Unidos.

Supongo que estarás bien. Cuando puedas, has una escapada a lo de Luis y di que el martes me fue imposible ir porque tuve muchas cosas que hacer. Corto ésta porque llegó Morosoli. Muchos besos de

Paco

Escríbeme a Juan José Morosoli, para Espínola. Ciudad de Minas, Lavalleja.